Amistad eterna
Era una tarde cuando partí de mi casa, mi padre me
encamino hasta la agencia, y aquella noche partí rumbo a Lima, de la capital de
mi país cogí el rumbo a la ciudad de México y de allí hice el trasbordo a
Madrid; el viaje no fue como imagine, aquel día los recuerdos se llenaron en mi
alma y mi dolor empezó a deslizarse por toda mi existencia; llegar a España ;
no fue esencial para mi; claro que se cumplía uno de mis sueños pero, ese me
quitaba el otro que con tanto dolor cree.
Al estar en Salamanca, me sentía mas desconsolado que
feliz, por que acababa de dejar a mis padres, mi patria, mis amigos y sobre
todo a mi Brisaida querida, quien últimamente se convirtió en mi Alborada. Mi
tristeza era tan grande que nadie me podía consolar, escribir era mi ultimo
recurso que me quedaba, intente varias veces abrir el Word, pero me fue
imposible concentrarme. Entonces Salí de mi cuarto y empecé a regalar mi mente
al espejismo del la naturaleza que rodeaba la casa del noviciado. Empecé a
caminar por un bosque de arbustos hice de ellos mis amigos, mi patria, mis
padres y mi novia, con ellos solía dialogar a horas y sentía una frescura
espiritual especial dentro de mi espíritu. Y así hice de eso todos los días un
hábito. Ya fueron pasando las semanas y la tristeza en mi seguía viviendo,
empecé a bajar de peso, no tenia ganas de comer, ni beber algo. Por las noches
se me quitaba el sueño; mi único consuelo era ir con la naturaleza.
Un cierto día caminaba por los pasillos del campus, iba
tan despacio y contemplaba a lo alto las nubes, el cielo inmenso y toda la
dorada eternidad, mis grises pensamientos y oscuros recuerdos se profundizaban
en todo lo que veía, caminaba y caminaba, contemplaba el susurro del viento,
llegue al parque donde una grande laguna de celeste y cristalina agua hacia un
espejo de lo que había alrededor, los pájaros cantaban y eso me hacia recordar
mucho mas a mi patria. Estaba tan desolado y triste, ya había pasado casi un
mes y yo aun seguía tratando de olvidar todo, me invitaban a salir por Sevilla,
Madrid, La Rioja, San Millán, la Cogolla; pero yo no aceptaba por que mi dolor
invadía, la prepa me estaba saliendo mal, me sentía dolido, un día trate de
hablar con mi novia por Skype, pero la línea de esta red era débil en mi país.
Todo se me estaba haciendo difícil, las lágrimas derretían mi existir y cada
día que pasaba era una esperanza más hacia el deceso. Era sábado y de nuevo
Salí por el parque y el jardín era inmenso, un sol irradiaba la ciudad. Mis
ojos estaban desolados y llenos de lágrimas, todo era difícil para mi, la
comunicación se fue cortando con mis promotores, no tenia amigos, todo era
tristeza para mi. De pronto oí una voz que me hablaba: “Alfredo, Alfredo”, me
di la vuelta para verla era una niña de mi edad, tan dulce y tierna, “Me
conoces” pregunte. Ella se quedo en silencio por un largo rato, luego se
atrevió a contestarme “Si te conozco, soy la hija del cuidador del parque, mi
padre y mi madre son los jardineros, pero además también somos allegados a la
congragación, donde estas tu”; me quede contemplándole por un largo rato, que
bueno amiga “Como te llamas” quise saber. “Soy Mari” me dijo mientras estiraba
su mano para saludarme.
Se atrevió a acompañarme por un largo rato, luego se
despidió, yo seguía en mi rutina diaria, pero había algo grande en ella era un
ángel, por que oírle me sentí amigo, y que alguien me contemplaba, aunque nada
mas sabia de ella, ya me sentí con una mano amiga. Al día siguiente, nuevamente
Salí por el jardín y oí de nuevo su voz, era ella la niña de bello y tierno
mirar, mari mi amiga, que un día antes acaba de conocer , esta vez ella traía
un helado para mi y así empezamos a hacernos aun mas confidentes. “Alfredo, tu
siempre sales desde que llegaste a este lugar, pero lo mas doloroso es que nunca
te veo sonreír” fue lo que me dijo Mari, yo no conteste nada, “Yo siempre te he
contemplado desde el primer dia; pues hablas con las plantas y la naturaleza
escasa que hay en esta urbe” proseguía con su dialogo; “¿Por qué eres tan
pusilánime?, por favor quiero verte sonreír” decía y me suplicaba cada
instante. “Por que tanto te interesas en mi, ¡Dímelo! Quisiera saber” fue lo
que le conteste. “Es que me gusta contemplarte, y por que me caes bien”; a
pesar que para mi ella llego a ser una amiga especial, aun no contaba con las
herramientas suficientes para contárselo lo que me sucedía. Ella a diario me
preguntaba e insistía en saber que era lo que pasaba, hasta que un momento le
conté todo lo que me sucedía y por que era el motivo que sufría, que eran mis
padres, mis amigos, mi patria, mi novia y todo lo de mi país lo que me
desesperaba por que no las veía. Desde ese momento que le conté todo lo que me
sucedía empecé a encariñarme a su amistad, hasta logre hacer de ella una
verdadera amiga, ella empezó a ser la primera persona en ese país que empezó a
leer mis escritos, y siempre me decía que le encantaba, se convirtió en una
gran amiga, yo diría que casi como mi Hermana. Me invitaba a su humilde casa,
donde sus padres se vean tristes, pero llenos de un gran amor que le brindaban
a Mari. Ella se convirtió en el alivio para mi; el jardín, el parque, los
arbustos y la laguna se convirtió en mi patria; el viento hizo el lugar de mi
novia, Mari mi verdadera amiga y mis padres eran el cielo y la inmensidad.
Un día le encontré a Mari que hacia unos dibujos, y allí
me narro su amor y su encanto por el arte de la pintura, ella me retrato a mi y
mi verdadero cambio, y me decía que la amistad nos puede salvar de todo lo
indeseable.
Los días fueron pasando rápidamente, para mi la tristeza
se fue acabando, mis notas en la prepa fueron superándose, me sentí tan fuerte,
tan elogiado y tan lleno de armonía, me sentía protegido de una amistad
especial, tal vez los que a diario nos veían hasta podrían pensar que éramos
novios, pero era algo superior, algo divino lo que nos unía, era una amistad
caída del cielo.
Se llego el momento en que tenia que viajar a ser
internado en la Pontificia Universidad de Salamanca, que estaba a dos horas
casi de la Ciudad donde me encontraba. La despedida fue muy triste, pero me
confortaba con saber que me iba llamar y que eso me iba a ser fortalecido de
todo “Te quiero mucho amigo Alfredo” lo oí susurrar en mis hombros mientras me
abrazaba. Yo no tuve el valor de decirle nada, tan solo que una lagrima gruesa
rodo por mis mejillas combinándose en su rostro hermoso. Subí al tren y ella se
quedo contemplándome hasta que desaparecí.
La universidad, los estudios y todo me hicieron
desconcentrarme en pensar en Mari, en mi enamorada Brisaida que se quedo en la
serranía de mi Perú, en mis padres humildes y campesinos, en mis amigos Reyner,
Max, Shera y Rosman que también se quedaron llorando mi partida. El Primer
siclo empezó con tristeza en las letras y las filosofías que me empezaron a
quitar mucho tiempo, pero de igual me comunicaba los fines de semana con Perú
para saber que era su vida de mis amores Brisaida, mi padre Adriano, mi madre
Neri, mis corazones Adrianito y María y a diario me llamaba mi amiga Mari,
hasta incluso un día me había visitado a la Universidad, ya no se veía tan bien
como siempre, pero su sonrisa nunca terminaba; incluso me había traído unos
tamalitos riquísimos, un helado y unas pinturas que escenificaban lo que yo le
comentaba sobre mi Relación con Brisaida.
Pasaron unos días, unas semanas, unos meses y ya medio
año, pero hace un mes no sabia nada de Mari, se habría olvidado de mi, pero si
su amistad era tan grande, se habrá ido lejos, se habrá tomado unas vacaciones
fuera de la ciudad, que habrá pasado con mi amiga, llamo a su casa y nadie
contesta, presiento algo triste. Llegada las vacaciones de la mitad de mi siclo
Universitario voy a verla, no están nadie en su casa, me voy al jardín,
tampoco. Todo se ve desolado, las hojarascas están que abordan el lugar, me voy
al noviciado y pregunto por ella, nadie sabe nada, que pena, perdí a mi amiga,
pero mis esperanzas siguen vivas en que cualquier momento le voy a encontrar,
solo veo gente desconocida que pasa y pasa cada momento, me siento frente a la
laguna y la tristeza nuevamente empieza a invadir a mi alma. De Pronto escucho
la voz de una chica que me habla “Hola, tu debes ser Alfredo. Verdad”, de
inmediato me pongo de pie sorprendido por saber algo. “Si, soy yo”, “Mari me
dejo algo para usted. Espéreme, voy a mi casa por el sobre”; que habrá pasado
con mi amiga, donde estara y muchas mas eran las interrogantes que se disolvían
por mi mente. De Inmediato llego la chica con el sobre, era un sobre grande,
traía algunos trabajos artísticos. Y entre ellos había una carta.
“Que ha pasado con mi amiga Mari” Interrogue a la chica,
ella se negó a decirme algo, solo le oí decir “Es usted tan lindo como le
describía Mari”, ignore lo que me decía y me puse a leer la carta.
Mi querido Alfredo
Cuando estés leyendo estas líneas, yo ya no estaré allí,
por que mi viaje estaba propuesto desde mucho antes que te conozca, mi viaje
estaba destinado hacia un rumbo, al que nadie quisiera llegar , pero ese es el
destino que Dios ha pincelado para cada uno de nosotros, así como tus novelas y
tus dramas tenían un final, así también tuvo que existir un final para mi, en
muchos años he tenido que adecuarme a la manera especial de vivir la vida y
hacer de ella una novela especial llena de alegrías, por que ahora estoy muy feliz
de ti, de haberte conocido, de haberte dado mi confianza y lo mas feliz que me
siento es por que mi alegría te contagié, por que no quería verte triste, pues
tenia que convertirme en todo lo que te hacia feliz, tenia que ser tu amiga, tu
novia en secreto, aunque nunca te lo dije que te amaba, pero esa era la
realidad y ver que tu amabas a tu Peruana me hacia llenarme de orgullo y de
bondad, por que me sentía orgulloso de que en este pleno siglo XXI exista
jóvenes como tu, llenos de vivir, amantes de la vida, sinceros en el amor,
vivenciales de recuerdos, eso era lo único que me hacia feliz, no quisiera
decirte estas palabras, pero es la realidad, que me sentí muy feliz de ti, muy
orgullosa de haber hecho de ti un hombre feliz y lleno de ternura. No se como expresarte
lo mucho que te quiero y que te amo, que me siento feliz de ser parte de tu
vida , de que te haga hecho sonreír y que sobre todo haya hecho de mi para ti tu
patria, tu familia, tu novia y todo lo mas grande que ta haya hecho sonreír.
Bueno, yo me he tenido que ir antes, pero desde este lugar donde estoy te estoy
viendo y quiero que sigas siendo el Alfredo tan lindo que conocí, ese jovencito
lleno de vida, identificado, sincero, prestigioso, líder, admirable y humilde
sobre todo. Tu asentó será para mi algo eterno, tu serás mi gloria, mi ángel,
mi paraíso, mi amigo eternamente, tu serás ese poeta y novelista que siempre me
escribió su historia de amor y que yo me convertí en esa peruana para elogiarte
y decirte lo mas hermoso que me he sentido de ti. Tu vida vale mucho, vale todo
el oro del mundo, por eso quería que tu lo cuides sonriendo siempre, allí junto
a esta carta he dejado unas monedas que compres dos helados para compartirlo
juntos y además algunos cuadros que pinte en los últimos momentos que me
quedaba en ese paraíso donde te conocí, ahora mientras te acabo de escribir
estoy en el ultimo momento de mi vida, estoy a punto de subir al vagón del tren
de la vida eterna y lo que quiero es que en este momento estés feliz. Recuerda
que debes sonreír siempre en memoria de tu amiga, por que yo supe que iba a
partir de este mundo y así le disfrutaba de mi vida al máximo, haciendo sonreír
contagiando de esa ternura y esa razón especial con la que aprendí a vivir, yo
quise que sonrías, por que era lo mínimo que podía hacer por ti, darte y
contagiarte la alegría y además recuerda que no esperes saber que vas a irte de
este mundo para disfrutar de la felicidad, disfrútale al máximo tu felicidad.
Te quiero mucho. Suerte en todo.
Las lagrimas convertidas en un rio de dolor, me hicieron
darme cuenta cuanto me quiso y me amo mi amiga Mari, el sinónimo de la ternura
y la sonrisa en mi vida. Me limpie las lágrimas y le mire a la chica quien aun
estaba a mi costado. Ella también estaba empapada en las lágrimas. “¿Quién
eres?” le pregunte “Soy Rosita, hermana menor de Mari”, me puse de pie y sin
poder soportar e fuerte llanto abrace a su hermana de mi amiga, ella también
lloro tanto que no pudo contemplarse ese dolor que tuvimos ambos. “Y tus
padres” quise saber, “Ellos viajaron a darse unas vacaciones para recuperarse
del dolor”. Se cayeron las monedas que había dejado con la carta, le pedí a
Rosita que me acompañara hacia la tumba de mi amiga, ella accedió a mi pedido y
juntos nos fuimos hacia el campo santo En el camino, rosita me comentaba su
vida de Mary “Ella estaba con una enfermedad incurable, que fue destacado hace
tres años, pero cuando ella se entero, dijo que lo disfrutaría al máximo su
vida, haría felices a quienes necesitaban felicidad y que contagiara su sonrisa
a los deprimidos y eso fue lo que hizo contigo, ella nos comento que te amaba
mucho, pero que no quería criar ilusiones, que tan solo con verte sonreír era
suficiente”. Compre los helados y contemple una media hora mirando al cielo.
Deje un ramo de flores sobre su lapida que decía.
Aquel día fue tan triste para mi saber que mi mejor amiga
había partido para siempre. Me quede contemplando largos ratos su mística
virtud de como vivió la vida. Paso el tiempo… hoy estoy aquí acabando de contar
esta historia, mientras un fuerte viento fresco y angelical me susurra las
sonrisas de Mari, ella impuso en mí ser su reino de armonía, solo mi patria y
mi familia que forme en Salamanca están aun recordando. “Hola” “Hola” “Eres tu
mari”, tan solo era el simple y admirable canto de un pajarito. Mire al cielo y
un fuerte ventarrón se azoto desde lo alto, haciendo caer una gran armonía en
mi ser y una fuerte lluvia de recuerdos me hacen pensar en lo bello que fue
nuestra amistad.
ALFREDO FERNÁNDEZ
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