viernes, 17 de abril de 2020

Una Realidad, que es más peligroso que este Virus.

Por Alfredo Fernández


Si algo debemos aprender de esta pandemia es ser mejores personas, mejores autoridades, mejores ciudadanos.
Han pasado ya más de cien días del descubrimiento de esta molécula que se convirtió en muy peligrosa, y que por completo cambio el mundo; pero también ya paso más de un mes que el Perú declaró el estado de emergencia y sin saber que sucederá en el futuro inmediato. En el transcurso de los días nos hemos dado cuenta una infinidad de cosas, buenas para aplaudir y malas para repudiar. Nos dimos cuenta que en el mundo existen mandatarios que tan solo les importa la economía y no la vida de los ciudadanos, escuchaba en las noticias que un gobernador de un estado de los  EE.UU. decía que los ancianos tienen que salvar la economía de sus países a cambio de sus vidas; es increíble, pero cierto.
Al llegar a nuestro país este virus nos  damos cuenta de la verdadera realidad que gritábamos hace mucho tiempo, pero que nos habíamos convertido en cómplices, un sistema Educativo por los suelos y de Salud ni que hablar. Acaso no sabíamos que vivíamos en un sistema educativo con maestros mal pagados, un constante experimento de los métodos educativos, que si al estuante le califico con AD o con 20; acaso no sabíamos que el sistema de salud que hace tiempo ya habían colapsado, mala infraestructura y un abandono tan grande de nuestro personal de la salud. Y  que los gobiernos de turno nunca pusieron una debida atención. También nos hemos dando cuenta o quizá ya lo sabíamos que vivimos en una de las eras más estúpidas de la humanidad; la era donde las redes sociales sirven para criticar y aplaudir; unos aman y otros odian; pero acaso no saben que la politiquería tradicional en verdad nos han hecho daño por mucho tiempo. En las redes sociales todos nos convertimos en politólogos, salubristas, opinologos y muchas veces sin saber muy bien el lado científico. Muchos criticamos o muchos aplaudimos a las acciones que han hecho los gobernantes; también muchos desconfiamos. Claro;  porque ya no los creemos a nuestros gobernantes; nunca se han ganado la confianza de nosotros, por eso existe tanta gente en la calle sin acatar las disposiciones dadas como por ejemplo el tema del distanciamiento social, el uso debido de las mascarillas; etc. tampoco ya ni creemos en la prensa tradicional porque siempre han sido títeres de los gobiernos o mejor dicho ahijados de los gobernantes. Los medios sociales bombean todo tipo de información y  no sabemos a quién creerlo; es cierto que nos han ido diciendo que sigamos y creamos a las fuentes oficiales de los gobiernos; pero tampoco los creemos. Vuelvo a enfatizar; casi nunca han hecho acciones certeras para nosotros confiar como ciegos en ellos.
Ha ido pasando los días, sin poder hacer nada y en estos momentos de emergencia solo nos ha quedado agarrarse de las manos de nuestras autoridades, que aunque hayan hecho buenas acciones o no; no nos queda de otro. Confiar en ellos; porque hasta Trump ha logrado un populismo record a pesar de sus malas acciones frente a esta pandemia: hay acciones que quizá hubiesen funcionado mejor; pero ya estamos acá, en plena cuarentena. Y los casos suben, las muertes también; que jodido estamos de verdad. Ya son más de cien mil vidas y mucha gente no toma conciencia; me refiero a la gente que no acata las medidas; pero a esa gente que le importa un comino esta emergencia; a algunos jovenzuelos que les encuentran tomando el sol en la playa, a los que les encuentran haciendo fiesta en una discoteca o en sus casas. Un día sorprendieron a un entrenador y reconocido exfutbolista haciendo según él una reunión de amigos, me dieron pena sus comentarios; mientras que mucha gente que no tiene ni que comer, acatan las medidas en sus casas. Aquellos que reciben un jugoso sueldo sin hacer casi nada; les importa un carajo. Pero también existe otra parte de la gente que sale a la calle porque el hambre les esta matando; un día una reportera le pregunto a una señora que si comprendía del daño que se hacía al salir a la calle y ella respondía que prefiere morir con el virus, antes que de hambre y  si tenía razón; existe mucha gente que quiere salir a la calle, para cocinar, para reciclar o vender caramelos en los buses para sobrevivir. El hambre los está matando; porque los programas sociales no han llegado a todos los que verdaderamente lo necesiten; porque ellos no tienen AFP; CTS ni Seguros, hasta muchos de ellos no DNIs; pues para el Gobierno no existen; siempre son los olvidados. 
También nos hemos dado cuenta; que mucha gente quiere que termine la cuarentena para ir al chifa o a su pollería a comer sus platos favoritos; mientras que otros tan solo quieren llenar sus estómagos con algo; porque es real que ellos no pueden lavarse las manos o asearse porque no tiene  ni agua; no desahogan sus frustraciones en las redes sociales porque no tienen acceso al internet; no acatan las medidas porque no tienen que comer.
También nos reafirmamos en nuestros conceptos que muchos políticos tan solo piensan en ellos, en enriquecer sus egos y ver la mínima manera de robarse el dinero de los pobres: costos sobrevalorados en las cosas que compran; que no les importa la clase obrera que a pesar de ser la columna vertebral de las empresas no tienen leyes a su favor; que las AFPs tan solo han robado y se han lucrado con el esfuerzo de los peruanos; con el Slogan de Un Futuro feliz o una Vejez Mejor; todo un engaño.
Con el bono de los 380 nos dimos cuenta que las ULEs que están a cargo de las municipalidades empadronan  a la gente a su conveniencia o que el gobierno no los tomaron en cuenta; que el estado gasta millones en los censos que hace el INEI cada un tiempo y no lo hacen bien el trabajo; y con las canastas nos hemos dado cuenta lo peor que puede hacer la clase política de nuestros pueblos; Según La Contraloría General de la Republica hay alcaldes que aún no ejecutan el dinero; y más de mil irregularidades; un alcalde llevaba las donaciones a su casa en un distrito de Lima; otros sobrevaloran los productos que compran, otros que no hacen nada; otros que solo empadronan a la gente que los apoyaron en campaña y lo peor que pudo haber en la especie humana es: Un alcalde que adquirió conservas de pescado y leche vencida y que las lentejas lo mezclo con piedras para engañar en el peso; jamás había pensado en la pena de muerte; hasta hoy al leer esta nota.
Esta es la realidad, nuestra realidad; ahora hay un éxodo tratando de llegar a sus pueblos; que se fueron a las ciudades a buscar un mejor futuro mejor para ellos y su familia y ahora no pueden sobrevivir; muchas autoridades regionales se encuentran entre la espada y la pared; por un lado el miedo de que vengan y contagien a sus pueblos y por otro que esa gente puede morir y no tan solo de Coronavirus sino también de cansancio, de hambre o de calor; pero es mejor ver las medidas que estén a favor de ellos que también son hijos de nuestras regiones y que sean apoyados en llegar a sus destinos; porque no pueden ser abandonados a su desgracia.
Sin duda es una realidad, una triste realidad que nos ahoga. La pobreza nos ha ido matando a pocos y que es más peligroso que este virus, pero sobretodo la corrupción que nos ha hecho por los siglos un país subdesarrollado manejado por “el Capitalismo” y su única conveniencia “La economía” ja, ja, ja... Ojala termine todo y nos volbamos abrazar y que los políticos miren de la mejor manera la realidad, pero seguiré creyendo que en algún momento un soñador, uno que vea la realidad y que tenga ganas de cambiar este país, si tengo el sueño que una persona honesta llegue a gobernar nuestro país; esa persona depende de nosotros, ir formándolo y es tarea de los hogares, de las escuelas y al final que en la sociedad se enfrente con todo lo que haya aprendido en ellas.

 

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